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Educación : ¿Deben pagar los más pobres por la educación de los mas ricos ?

In Chile, economia, Economics, Educación, Gobierno, Microeconomia on August 18, 2011 by Daniel Villegas Tagged: , , ,

Cuando las personas deciden estudiar el primer criterio a considerar es que lo que estudien debe rendir al menos la cantidad de recursos que he invertido en esa actividad.

Así, cuando las personas deciden que estudiar, tácitamente hacen una evaluación del tipo Costo- Beneficio en donde normalmente se consideran los siguientes items :

La Inversión y los Costos

Entre los Items que se deben considerar están:

( 1 ) Costo de la carrera

( 2 ) Costo de estadía

( 3 ) Costo alternativo de asignar años a esta actividad y no a otra

( 1 ) El Costo de la carrera son los recursos en términos de infraestructura, laboratorios y horas profesores necesarias para que se dicte una determinada carrera y que deben ser asignadas para tener un dimensión real de cuanto es lo que cuesta proveer de conocimientos pertinentes a una profesión en particular.

( 2 ) El costo de estadía son los recursos asignados para la manutención del estudiante en la ciudad en donde se imparte la carrera, para entender lo anterior se debe considerar que : aún cuando las personas sean oriundos de una ciudad, igualmente sus padres deberán absorber tales costos

( 3 ) También hay que considerar el costo alternativo del sueldo dejado de percibir en otra actividad como por ejemplo el de ama de casa.

Noten que la infraestructura puede ser prorrateada en tantos Alumnos/Año tenga la Universidad, así no es necesario aplicar el total de las Inversiones (por ejemplo en medicina) a un solo alumno sino a todos en un plazo de 25 años por ejemplo. Con esta base de prorrateo cada alumno está seguro que su paso por la universidad contempla las inversiones en infraestructura sólo en aquella porción que específicamente le corresponde.

Así , si el precio es un precio de equilibrio en el mercado, podemos suponer que este será :

P = C + (CF+ I)/q , q = cantidad de alumnos e I = anualidad de la inversión

Donde

P = precio de la Carrera a Costo Marginal

C = Costo variable

CF = Costos Fijos

I = Anualidad de una inversión suponemos a 25 años

Note que en el caso de una Universidad se amortizan las inversiones en forma pareja entre todos los alumnos que asistieron a una carrera durante 25 años.

Así para un año normal si una Universidad tiene digamos 80 carreras de un promedio de 150 alumnos, el prorrateo de los Costos Fijos y de la anualidad de la inversión debería ser en 80 x 150 Años-Alumno, esto es dividido por q = 12.000 Alumnos.

Aquí entonces en la tarificación de cada carrera cobra importancia el tema de los subsidios cruzados entre las carreras más intensivas en infraestructura como pudiera ser el caso de las ingenierías que requieren laboratorios o las del área de deportes que requieren gimnasios y equipamiento especial.

Como sea, quien invierte en educación espera que prevalezcan en el – con proyecto – ingresos futuros mayores a los de la situación base optimizada que es la – sin proyecto – o la situación "sin estudios"

Así entonces, debemos contrastar los beneficios que percibirá íntegramente un estudiante versus los Costos y la Inversión de proveer esa educación.

INV 1

En la figura una persona que espera ganar W0 durante su vida realiza una inversión igual a W0-W1 durante T0 períodos con la esperanza de ganar W2-W1 el resto de sus días digamos Tn-To, claramente la inversión se realizara si es rentable, esto es que los Beneficios esperados sean mayores que la inversión y los costos de operación ya mencionados.

Cuando hablamos de costo de la educación entonces, tenemos que preguntarnos quien incurre en esos costos y quien percibe los beneficios de haber asignado tales recursos a esa actividad.

La respuesta es que en ausencia de fricciones en el mercado, los profesionales que han invertido recursos y tiempo en realizar una determinada actividad perciben la totalidad de los beneficios asociados. Aquí es relevante nuevamente el tema de los subsidios cruzados, no solamente entre carreras sino también el subsidio en que incurren las personas que jamas estudiaron a través de los recursos que aporta el estado.

Aquí nuevamente conviene recordar que el 25 % de los ingresos fiscales corresponden al IVA que pagan todas las personas, mientras que un 30 % corresponde a impuestos específicos (impuesto al transporte ) y el 45 % restante a Impuestos a la renta.

Si el precio refleja adecuadamente los recursos asignados a esta actividad quiere decir entonces que es el precio de mercado y el que resulta de la interacción entre oferta y demanda y por lo tanto es un precio de competencia perfecta. (en donde P = Cme = Cmg).

Cuando los estudiantes piden entonces que el estado financie la educación, estan pidiendo que el resto de los ciudadanos del país financien los estudios por los cuales percibiran mayores ingresos en el futuro y por lo tanto llegamos al absurdo de que los sin educación financian los estudios de los con estudios.

Cada vez que los más pobres consumen pan deben pagar un 19 % de sobreprecio el que termina representando un 25 % de las arcas fiscales al igual que el ciudadano que es usuario del transporte y debe pagar un sobreprecio en su boleto de micro cada vez que el operador de los transportes paga el impuesto específico por la bencina que usa.

Así, si el estado fuera sólo una vía de transferencia, lo estaría haciendo pésimo porque los más pobres pagarían íntegramente la carrera de aquellos que generaran más ingresos en el futuro .

Quizas en este punto sería razonable la posibilidad de poner a disposición de los estudiantes un financiamiento de facil acceso y subsidiado en su tasa, como fuera concebido inicialmente el crédito fiscal a una tasa de UTM + 1 % de manera que la evaluación del financiamiento puro resultaba siempre conveniente cuando la tasa de mercado era UF + 6 %

Aquí había una ayuda concreta a los alumnos haciendo que el costo en el tiempo fuera casi nulo de manera que la deuda fuera reajustable sólo según los mecanismos de la UTM. Además había un premio a la decisión de estudiar una vez que el proyecto puro de estudiar había sido evaluado, puesto que el financiamiento ex post devengaba intereses bajo los vigentes en el mercado.

Así la propuesta de un 2 % siempre es una buena alternativa en especial si tal subsidio puede ser priorizado en función del 60 % mas pobre. Eventualmente esta franquicia debiera ser extendida al 100 % de los alumnos para que los que deciden estudiar ex ante lo puedan hacer sin enfrentar problemas en el financiamiento post decisión.

La conclusión es que si los ingresos que se derivan de tal inversión son percibidos en su casi totalidad por las personas es razonable que sean estos quienes paguen la inversión requerida, incluso aún más, no es razonable que se aplique el impuesto a la renta al dueño de esta si es que el debe financiar íntegramente la inversión requerida.

La conclusión obvia es que el estado debe minimizar su intervención en este ámbito aún cuando se reconoce que el mecanismo de financiamiento como fuera concebido inicialmente genera menos barreras que el mecanismo actual.

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